Pasado el terror

Y después del momento pánico, llegó la hora de ponerse a trabajar. Ya teníamos la idea y los guionistas, Javi y Laura, manos a la obra. Los productores, Paula y Rubén, empezaron a rastrear las posibles subvenciones que podríamos conseguir, Fran planificó los pueblos que habría que visitar, Tamara empezó a buscar contratos… y entonces tuvimos la primera reunión del equipo de dirección. El lugar, mi casa; la hora, la del desayuno, almuerzo para algunos. Así que nos hicimos con un buen café, un zumo de naranja, papel y boli y un borrador del guión y nos pusimos manos a la obra. De esa mañana sólo recuerdo las ganas de asesinar a Andrea y Dani cuando me llamaron para decirme que venían y me sacaban de esta manera de la cama; y la sumamente reconfortante sensación de tiempo aprovechado y trabajo bien hecho que me quedó cuando se marcharon. Habíamos estado juntos un par de horas y habíamos resuelto en nuestras pequeñas cabezas la secuencia más difícil de todo el cortometraje. Sólo hacía falta que producción lo aprobara y meditarlo un poco más, primero asegurarnos de que somos capaces de hacerlo y después para buscar nuevas formas de complicarnos la vida. Eso sí, como salga… como esto salga bien… va a ser la… va a ser una maravilla.
Un día después Javi y Fran, por obligación, Paula, Rubén y yo por devoción, pusimos rumbo a Teruel en busca del pueblo y del bar de nuestro cinematográfico sueño. Visitamos un total de 25 pueblos en dos días, no sé cuantos kilómetros hicimos, pero pasamos más de 20 horas dentro del coche, los 5 bien apretaditos. Volvimos con dos firmes candidatos y el fin de semana mereció la pena, desde entonces sabemos que aunque me pusiera pesada proponiendo Teruel como localización, no la elegimos sólo por eso, este corto tiene que ser en esa provincia.
Allá donde íbamos sembrábamos la confusión, no sé por qué la gente entendía que estábamos grabando un documental sobre pueblos y bares, creemos que todos esperaban que sacáramos el equipo en ese mismo momento. También algunos de nuestros allegados se confundieron, a la vuelta todos hemos escuchado cómo nos preguntaban qué tal había ido el rodaje. Para qué molestarnos en explicar si quiera, que en realidad no va a ser un rodaje si no una grabación porque vamos a hacerlo en vídeo…
Así estamos a mediados de noviembre y no sé cuantas veces he visto el corto en mi cabeza, ni cuantas versiones distintas, ni cuanto he disfrutado en sueños el momento del “rodaje”.
A veces, alimentar tanto la fantasía no es bueno; a veces, es inevitable. Por eso esta tarde hemos estado “discutiendo” varias opciones para el día del estreno.

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