primer post del año

Casi tres semanas sin escribir son demasiadas apra un sitio que se llama Diario, pero es lo que tienen las vacaciones, que te olvidas hasta de lo que te gusta hacer. Una de las razones por las que he tardado tanto en volver es que el otro día, mientras pensaba qué escribir, fui consciente por primera vez de que esto no es el diario del corto, es mi diario personal sobre el corto. Una gran decepción, la verdad, no era mi objetivo cuando lo creé, pero bueno, esto es lo que hay y no es plan de dejarlo a medias...

Novedades durante todo este tiempo... fui a hablar con la actriz en la que pensamos, estaba entusiasmada con la idea, le dejé una cipia del guión y todavia tenemso que hablar mas tranquilamente, pero está deseando empezar. También hablé con los de la máquina tragaperras, al principio me dijeron que lo que les pedía era imposible (darle a un botón, que salieran 3 sietes y saliese pasta por un tubo), pero al rato ya estaba todo resuelto y resulta que sí es posible, jejeje. No pudimos visitar el bar de Valacloche, resulta que sólo abría por las mañanas y se tenía que ir a celebrar la Navidad con sus nietos a Valencia, otra vez será... Pero ójala que cuando lo veamos sea tal como lo imagino porque el alojamiento allí ya lo tenemos (creo que definitivamente) confirmado y sería una pena tener que trasladarnos para rodar ¿no? Yo hice mis deberes de Navidad y entregué todas las copias que tenía que entregar. Bueno, a Aragón Televisión, no, pero creo que no era el momento.

Por lo demás, estos días he tenido algún momento de bajón, de ganas de mandarlo todo a un sitio que suena (y huele) fatal. A veces por rabia, otras por desesperación, otras por impaciencia, otras porque no puedo hacer planes de aquellos que nunca llegaré a hacer. Ha habido momentos en los que me he sentido ofendida porque la gente a mi alrededor no se mostraba tan interesada como yo esperaba, me imaginaba llegando cargada de dossieres y que todos volaran de mi mano porque se morían de ganas por leerlo. Nada más lejos de la realidad, en algunos casos. Otras veces, llegaba con mi dossier en blanco y negro, el de guarrearlo, al bar donde habíamos quedado, pensando en enseñárselo a una persona, creyendo que a las demás no les iba a interesar y otra vez, nada más lejos de la realidad. Hay que ver cuánto puede llegar a sorprendernos la gente, verdad?

Supongo que todos esos momentos de bajón se pasarán cuando volvamos a reunirnos y empecemos otra vez el trabajo duro, cuando el corto vuelva a absorber toda mi vida, cuando sea incapaz de hablar de cualquier otra cosa. Lo echo de menos, porque me encantaba esa sensación, perolo cierto es que me da un pereza horrible.

Es curioso esto de los blogs, una nunca sabe lo que va a escribir cuando empieza. Nunca me imagine escribiendo esto, primero porque se acaba de materializar en mi cabeza; segundo, porque em parece que hubiese sido un detalle comentarlo antes en voz alta con mis compañeros. Demasiado tarde, ya está escrito y yo no soy de las que borran, jeje.

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